domingo, 22 de julio de 2007

Que lo recontra mil parió!


El programa de ayer -perdón la larga ausencia de entradas- nos agarró en medio de un terrible bajón. El viernes fue el día del amigo, empiezan las vacaciones de invierno -aunque en el caso de quien escribe, acaban de terminar unos días en la costa- pero a pesar de lo augurosa que se presentaba la semana, una mala noticia tiñó de negrísima tristeza la tarde de OCUPADO 2HS.

Y es que la noticia se refiere al Negro Fontanarrosa, y es posiblemente la única que podría asociar la palabra tristeza a la figura del canaya rosarino. Porque ahora el Negro ya no está con nosotros, y eso se siente. Y lo peor es que esto recién empieza. Por eso en el programa empezamos con la lectura de uno de sus cuentos más audaces, Palabras iniciales, donde nos enseña que al lector -en nuestro caso al oyente- hay que sacudirlo para que entienda que queremos su atención. ¨Puto el que lee¨ empieza Fontanarrosa, para concluir en lo irresistible que resulta ese desafío en el que se involucra al interlocutor, que aunque no se sienta ¨puto¨ seguirá leyendo.

Y es que el Negro sabía poner la palabra justa, ironizar cuando era apropiado, lucir sus dotes de ¨galán¨ rosarino y vestir desde la mesa de un bar, hasta el Congreso de la Nación cuando le otorgaron el premio Sarmiento.

Así era el Negro. Pero me quedo corta aunque hable o escriba de él todo el día. Además, ¿con qué autoridad? abundan sus textos, sus creaciones, que todavía nos hablan como si lo tuviéramos adelante. Con esas cejas pobladas, siempre profundamente arqueadas para enmarcar los enormes ojos brillantes del Negro, ¨dos tucu-tucus desbocaos¨ como le dijo Inodoro a Eulogia cuando la conoció (con 50 kilos menos).

Y es que esos ojos eran verdaderos radares, que han sabido captar un mundo maravilloso que el Negro nos regaló en cantidad de relatos. Y con esa generosidad que lo invadía, con la sencillez de un grande, nos recibió en setiembre de 2006 en un bar debajo de su casa. Un bar donde se trasladó la comitiva de ¨los galanes¨ para facilitar que las reuniones lo siguieran teniendo cada miércoles.

En el programa de ayer, anunciamos el audio para el próximo sábado. Pero los que entran acá tienen premio: lo pueden escuchar ya mismo. Hasta el programa, puede ser demasiado tiempo, y algo nos enseñó el Negro: la vida hay que disfrutarla ya. Y como él, estaremos ocupados cada día para hacer lo que tenemos que hacer.



1 comentario:

Anónimo dijo...

bueno Eli, vos sos una gran mina y tuviste la suerte de conocer en persona al negro entrevistarlo, hablar de todo, mostrarle como sos y hasta mostrarle a tu gordo!, el fue y sera siempre un genio que nos dejaba pensando con cada palabra que pronunciaba, y esa gente tan profunda, se te clava en el corazon y te hace acordar de como es que tenes que vivir la vida...
recordemos asi al negro, porque vale la pena!!